Los discos de estado sólido llevan un buen tiempo en el mercado, y aunque hay una excelente variedad de ofertas, son los precios los que todavía le dan forma a la barerra más importante que impide la adopción masiva de esta tecnología. La gente de Intel ha creado algunos de los discos SSD más interesantes del mercado, con modelos ubicados en varios rangos de precios. Ahora, llega a nosotros su tercera generación de SSDs, bautizada Intel SSD 320, que busca ofrecer mayor densidad a un costo más bajo.
A pesar de que sus virtudes son bien conocidas, los discos de estado sólido continúan siendo la excepción, y no la regla. Sus beneficios en velocidad son innegables, pero tampoco es posible ignorar aquello que los usuarios deben sacrificar en materia de costo y capacidad. Tanto Seagate como Western Digital están ofreciendo 1 TB en un disco interno a poco más de 40 euros, cuando se deben pagar casi 70 euros por 40 GB en un disco SSD. Sólo un aumento en la densidad de almacenamiento y un refinamiento en los métodos de producción pueden alcanzar el efecto deseado. Intel ha estado trabajando en ello desde hace tres años, cuando lanzó a la primera generación del X25. Hoy nos encontramos al nuevo SSD 320, tercera generación de estado sólido que, de acuerdo a los papeles, tiene aproximadamente medio año de demora.
En primer lugar, Intel ofrece mayor capacidad al reducir su escala de fabricación a 25 nanómetros, en comparación con los 34 de las unidades anteriores. Esto ha generado algo de preocupación debido a un posible aumento en la tasa de fallas en las unidades, pero Intel ha asegurado de que dicha tasa será incluso menor que en los discos previos. El SSD 320 también conserva la controladora de los X25 previos, que si bien limita la transferencia a SATA2, agrega funciones como cifrado dinámico de datos y redundancia gracias a mejoras en su firmware. Lamentablemente, dichas mejoras no serán ofrecidas a los dueños de generaciones anteriores. Intel podría haber usado una controladora más robusta, pero esa decisión fue guardada para el flamante modelo de alta gama SSD 510.
En lo que se refiere a rendimiento, el nuevo SSD 320 posee valores promedio de 170 MB por segundo en lectura y 151 MB en escritura, números que si bien son impresionantes en comparación con discos duros convencionales, hacen poco y nada para causar ruido en el mercado de los SSD. Lo más importante que vemos sobre el tablero es el aumento en las capacidades disponibles, y un precio más agresivo. Los modelos irán desde los 40 GB hasta los 600 GB, comenzando con un precio por mil unidades que oscilará en los 89 dólares para el modelo más pequeño. No está mal, pero tampoco es algo revolucionario. 89 dólares por 40 GB (menos una vez formateado) coloca al precio en más de dos dólares por GB, un valor que aún es demasiado alto. Se estima que los SSD necesitan un precio de un dólar por gigabyte para llegar a la “masa crítica” que permita su adopción general, pero a este ritmo, tal vez haya que esperar hasta 2012 o incluso 2013 para verlo. En cuanto al Intel SSD 320, tal vez tenga lo suficiente para convertirse en el “primer SSD” de muchos usuarios, pero no parece tener la fuerza necesaria para competir entre las unidades de alta gama.
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